domingo, 11 de abril de 2010

Primavera

Este fin de semana la primavera se ha manifestado en toda su plenitud. Y me ha reportado unas jornadas de pajareo por la costa norte de Oleiros muy satisfactorias, en las que he disfrutado muchísimo y he visto un montón de cosas de las que espero ir hablándoos las próximas semanas.

Los hábitats costeros empiezan a estar en su apogeo, con la floración de las herbas de namorar Armeria maritima/pubigera, Silene uniflora, carrasquillas Lithodora postrata, tojos Ulex europaeus, vulnerarias Anthyllis vulneraria, quitamerendas Merendera pyrenayca y aberiotas Romulea clusiana.

Y como la primavera la sangre altera, y no solo a las plantas, los verdecillos se vuelven locos a cantar, unos pardillos cogen hierbecitas y otros se dedican a sus cosas a la vista de todos, las golondrinas recorren a baja altura los tojales costeros en busca de insectos, y las alondras (que siempre me alegra verlas por aquí por que no sé hasta cuando podremos...) se dedican a cantar y a dejarme ciego mientras intento localizarlas en el cielo... harán a propósito lo de colocarse justo entre el observador y el sol???

También son ya habituales los vencejos reales, aunque de momento los he visto en escaso número: dos.


Las currucas rabilargas también cantan sin parar. Además vi un ejemplar de curruca cabecinegra, especie en expansión pero que no parece que esté desplazando de momento a la rabilarga por aquí (como si se ha documentado en otras zonas). Ocupan hábitats diferenciados: la rabilarga ocupa los matorrales aerohalinos costeros, mientras que la cabecinegra siempre la veo en toxeiras más interiores y altas, generalmente en terrenos agrícolas abandonados y linderos de bosques.

En los acantilados, los machotes de colirrojo se dedican a perseguirse incansablemente. Mientras estos se daban caña sin parar en apenas 20 metros cuadrados, una hembra esperaba tranquilamente en una roca mirando el espectáculo.

No sé por que cuelgo esta foto... pero me mola.

Cerca de allí, el trasiego de las patiamarillas no cesa, transportando incansablemente material para construir sus nidos. No están tan sincronizados los cormoranes: mientras algunos ya tienen a sus pollos creciditos, otros todavía imitan a las gaviotas construyendo sus nidos, increíblemente tarde.

Respecto a los cormoranes, he observado un comportamiento interesante, un "adolescente" de segundo año realizando el display de cortejo.

También me parece interesante la presencia todavía de dos cormoranes grandes inmaduros en el reposadero habitual, que dentro de poco estará ocupado por una guardería de moñudos. Se quedarán aquí a pasar el verano?

Los que permanecen impasibles, aunque a buen seguro también estarán iniciando tareas reproductivas, son los cuervos. Este y su acompañante estaban hoy en el faro de Santa Cristina, no sé si serán de los habituales de la costa de Dexo o unos ejemplares distintos.

Por último, otra de las características primaverales es el paso prenupcial de las migrantes: a él se debe la presencia en el día de hoy de un mínimo de dos collalbas en Montemeán.


Puede que me haya quedado una entrada un poco costumbrista... pero bueno, son estas pequeñas cosillas (ver un pardillo construyendo su nido, por ejemplo) las que nos alegran el día la mitad de las veces que salimos al campo, no? al menos, a mi sí :)

1 comentario:

  1. A mi también Sergio!!Siempre pienso eso cuando salgo al campo y veo estampas como esta, tan cotidianas como hermosas. Un abrazo!

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