Además de esto, lo más interesante fue la observación de dos cormoranes moñudos anillados, ambos en el posadero del puerto de Santa Cruz.
El primero de ellos fue un joven de este mismo año, Rojo 95, anillado el pasado 29 de abril en la colonia de As Pantorgas, Tapia de Casariego (Asturies), por David Álvarez.
A su lado estaba otro adulto también anillado, pero en esta ocasión debido a la distancia no pude leerlo bien, y cuando volví a posar mi ojo en el ocular, ya desde una posición más próxima, ya se había ido. Antes sólo me dio tiempo a ver una anilla amarilla colocada sobre la anilla metálica. Según me cuenta David Álvarez, en base a esa anilla amarilla probablemente se trate de un cormorán anillado en A Forcada, también en Asturies, y que se ha establecido como reproductor en Oleiros en las últimas temporadas.
Rojo 95 ha recorrido 150 km en tan solo 72 días, lo cual para esta especie no es poco ya que el cormorán moñudo es una especie marcadamente sedentaria. De esta manera, según podemos leer en el Plan de Conservación del Cormorán Moñudo en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, (que podeis consultar en este enlace) las aves anilladas en Galicia y Asturias se mueven una media de 20 km, y más del 90% de las aves marcadas en el Parque Nacional criaron a menos de 5 km de su colonia natal.
Sólo tres cormoranes marcados allí abandonaron su isla natal, y dos de ellos lo hicieron para criar en Oleiros. Uno de ellos es azul B8, anillado en Sagres-Ribeira en 2003 y que este año nidificó una vez más en Mera. Os lo presento en la siguiente foto, sacada por Belén Lorenzo (gracias!) esta misma primavera.
Por lo demás, un par de apuntes para comentar que volví a intentar relocalizar la gaviota sombría de Monteméan pero ni rastro de ella. De vuelta hacia el coche, esta tórtola europea "rulaba" sin parar en una zona de matorral, posiblemente cerca de su nido.
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