Asalto con nocturnidad

Podríamos considerar esta entrada como una ampliación a la del día 2 de julio y añadir a los puntos referentes al Decreto 101/2000, del 31 de marzo, por el que se declara Monumento Natural la Costa de Dexo, lo siguiente:

Artículo 3.
(...) El acceso a las islas incluídas en el espacio natural requerirá autorización expresa por parte de la Consellería de Medio Ambiente, que establecerá el régimen de visitas más conveniente para la defensa de las colonias de aves marinas allí existentes.

Pues bien, el alboroto del que hablaba en la entrada anterior y que tuvo lugar el pasado domingo en la Insua de Montemeán lo causó el siguiente individuo:

Ni corto ni perezoso, este percebeiro furtivo cruzó la isla de punta a punta por el medio de los nidos y pollos que aún quedan en la colonia. A sabiendas de que hacía algo ilícito, cruzó corriendo, para que se le viese lo menos posible (sobre todo por que estaba marisqueando furtivamente). Una vez llegó a su destino, se puso las botas.

No obstante, lo peor vendría al día siguiente. Ayer lunes a las 22:00 h me encontraba en la colonia de marinas de la punta de Mera contando cormoranes. Había en torno a 80-100 moñudos y ya los primeros 4 cormoranes grandes adultos en el dormidero. Un helicóptero revoloteaba sobre el agua, pero no le di importancia y seguí a lo mío.

Empecé a darle importancia cuando vi que se paraba sobre la Insua, a pocos metros de altura, y de él descendía una persona. El alboroto en la colonia fue considerable, levantándose y marchando todas las gaviotas de la isla, excepto los pollos que aún no han volado, que por suerte son pocos. En la siguiente foto se ve el helicóptero instantes después de llegar a la isla, con gran parte de las gaviotas marchándose por la derecha de la fotografía.

El helicóptero era el EC-LFQ de Salvamento Marítimo, y se pusieron en plena noche a hacer lo que parecía un simulacro de rescate, ya que bajaron un maniquí y luego una camilla. Tras 30 minutos, a las 22:30 h se fueron, no sin antes levantar a la mayor parte de los casi 100 cormoranes que intentaban descansar a unos 200 m.

Por suerte la temporada de cría ya toca a su fin, pero es evidente que eso no ha sido tenido en cuenta, y si les hubiese tocado hacerlo en el mes de mayo lo habrían hecho igual. Que un furtivo cruce un día la isla está mal, y si se le pilla con las manos en la masa habrá que meterle un buen "puro". Pero lo que no es de recibo es que sea la propia administración la que haga cosas así, con toda probabilidad sin siquiera saber que no podían hacer lo que estaban haciendo, y con una falta de planificación, de sensibilidad y de raciocinio brutales.

Ver para creer...