domingo, 23 de septiembre de 2007

Nós, Oleiros

El domingo por la mañana se me planteó la duda de ir a misa de 12 o dar un paseo por el monte. Después de pensarlo durante un buen rato opté por lo segundo... así pues me armé de prismáticos y cámara y me di un paseo por la zona boscosa que rodea mi casa. Hacía mucho tiempo que no pateaba por allí, pero la verdad es que no cambió demasiado.

Me acerqué a la pequeña charca (para mi era "el lago") en la que me pasaba horas y horas de niño escondido entre unos alisos y contemplando los ánades reales, gallinetas y garzas reales que andaban por allí. Descubrir una mamá pato o mamá gallineta con sus pollos en primavera era para mi el acontecimiento del año (solo superado por el día que apareció una cigüeña...). En la actualidad la laguna está casi totalmente colmatada e invadida por juncáceas, por lo que no sé si esos bichos aún están allí. Ya no se ve volar a los ánades, pero probablemente alguna gallineta siga por la zona y de vez en cuando se deja ver alguna garza.

Por lo demás, en la zona boscosa vi más o menos lo de siempre, principalmente en la zona de bosque caducifolio: Mucho carrizo (Troglodytes troglodytes) , y mucho párido, además de otros pájaros:

-Carbonero común (Parus major)

-Carbonero garrapinos (Parus ater)

-Mito (Aegithalos caudatus), un grupo de unos 20 pájaros moviéndose de árbol en árbol de manera bastante ruidosa.

- Agateador común (Certhia brachydactyla)

- Arrendajo (Garrulus glandarius)

Además, 4 ardillas (Sciurus vulgaris)



Encontré también este nido en lo alto de un castaño, no sé si de una rapaz o de un córvido:



A última hora, y mientras observaba un agateador y unos mitos que bailaban justo sobre mi cabeza, de repente todos los pájaros empezaron a gritar, en el momento en que se recortaba una silueta en el cielo: No puedo asegurar si se trataba de un azor (Accipiter gentilis) o de un gavilán (Accipiter nissus), ya que lo vi muy fugazmente, aunque era una de esas dos especies con total seguridad, por la silueta y el claro barrado de la parte inferior. Casi me atrevería a afirmar que era un gavilán macho, por el tamaño (en el primer momento que vi la silueta pensé que se trataba de una torcaz) y por el color rojo intenso de los ojos. Se posó durante unos instantes de espaldas a mi, dándome tiempo únicamente a distinguir el tono gris pizarra de su dorso y la cara, con los ojos rojos. Cuando volví a levantar la vista después de coger la cámara había desaparecido...

Por último, y como lo prometido es deuda, ahí va la fotografía del nido de Pico Real que descubrí hace poco al lado de mi casa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario